Solo con mirarnos nos matábamos.
Una habitación, dos personas hechas de fuego. Un poco más cerca y saltaría esa chispa que haría todo arder.
Me quieres, te quiero. Me deseas, te deseo, pero no nos queda nada, solo la esperanza de que el fuego nos disuelva. Podríamos bailar juntos. Podríamos sentir juntos. Oh, amor, sueña con eso.
Me miras, lo noto. Y yo hago lo mismo, me pierdo en tus pupilas, grave error. Salta la chispa. Todo arde.
No, no te acerques. Pero lo haces. Quiero que lo hagas, necesito que lo hagas.
Ardimos juntos. Fuimos personas y cenizas fue lo último que el mundo soportó de nosotros.
Los sentimientos vuelan libremente, fuera de todo lo que les retuvo. Pasado. Ira. Confusión. Miedo.
El viendo acude a la habitación. Cenizas bailan al mismo compás. Este es nuestro mejor vals.
De pronto suena uno de tus discos de jazz. Más vale tarde que nunca. Si mis cenizas tienen que vagar por el mundo esperándote, lo harán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario